Son muchas las ventajas de utilizar un servidor como sistema de almacenamiento y control de datos, pero, entre uno virtual o local, ¿cuál debemos elegir? En este post hemos hecho una comparativa entre los servidores virtuales y los locales para que comiences a aprovechar los beneficios de adquirir este equipo en tu empresa.
Adquirir un servidor no es una decisión sencilla
Toda organización tiene como propósito crecer y con ello, deviene un incremento en los gastos operativos. Los departamentos demandan mayor almacenamiento junto con un mejor control sobre la información. ¿Cómo satisfacer las necesidades de tu equipo de trabajo?
Anteriormente, te explicamos las ventajas de invertir en un servidor para tu empresa y de renovar tu servidor, para incrementar la productividad. Ahora bien, mucho se habla sobre las ventajas de los servidores virtuales, pues, no siempre se cuenta con el presupuesto para comprar uno local y mucho menos con el espacio para resguardarlo.
Una inversión grande implica una decisión importante y, como proveedores de tecnología, queremos hacerte unas recomendaciones antes de elegir.
Servidor virtual, ¿realidad o ficción?
El mundo se ha virtualizado y era imprescindible que los servidores lo hicieran también. Los servidores virtuales (VPS) consisten en particiones virtuales de un servidor físico y permiten ahorrar costos en hardware, ya que ofrecen flexibilidad para ejecutar múltiples sistemas operativos o conjuntos de programas en servidores individuales al mismo tiempo.
Asimismo, ofrecen la posibilidad de ampliar la capacidad de almacenamiento; seguridad, pues la información está protegida; versatilidad, ya que puedes instalar diversos programas y aplicaciones; sin mencionar el ahorro energético.
Se trata de un servidor al que accedemos de forma remota y que tendrá instalado lo mismo que tendríamos en nuestro servidor local.
¿Cuáles son las ventajas del servidor virtual?
La ventaja de este modelo es que no hay costes iniciales de hardware y que es escalable. Es decir, que se contratan los recursos a medida que se requieren. Puedes añadir más núcleos de procesador o más memoria RAM cuando existe una gran carga de trabajo y se ha contratado más personal o, si es necesario, instalar una nueva aplicación.
Asimismo, puedes crear puestos de trabajo remotos, lo cual facilita trabajar desde diferentes ubicaciones. Sobre todo, hoy en día que ha tomado fuerza el home-office.
También ofrece seguridad y control de la información de los usuarios gracias a las copias de seguridad, tanto del servidor como de los escritorios virtuales.
¿Pero…?
No todo es miel sobre hojuelas y, aunque en principio, todo parecen ventajas: menos costes de inicio, costes de mantenimiento incluidos y más flexibilidad, entre otras. También existen desventajas.
Para empezar, tener el servidor fuera de nuestras instalaciones. Sin mencionar que la mayoría de las empresas no necesitan aumentar o limitar los recursos del servidor, por lo que no aprovechan la ventaja de la flexibilidad.
Por otro lado, un punto muy importante es que los servidores virtuales tienen un coste mensual fijo, es decir, que su capacidad máxima siempre será la contratada. En cambio, un servidor local es usado única y exclusivamente por el cliente que lo adquiere, disponiendo del 100% de su capacidad sin restricciones.
Esto significa que, a nivel de costes y con el paso del tiempo, es más rentable un servidor que hemos comprado en comparación a uno que pagamos por uso.
Entonces, ¿cómo elegir el servidor adecuado? Aquí te damos una guía sobre las características y beneficios principales de los equipos que ofrecemos y si no estás seguro sobre cuál es el que más te conviene, consulta con nuestros asesores expertos en TI para ayudarte a seleccionar el que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa.